Todo en Forjaz es duro como la piedra. Todo está tallado en ella y todo es poderosamente multicolor para hacernos olvidar el monótono gris, a ojos de las razas que no son enanos, de la piedra que es el alma y sustento de esta poderosa e impresionante ciudad.
El calor agobiante y poderoso de la cascada de lava que salta desde el mismo centro de las grandes bóvedas cinceladas, contrasta con el frío de las zonas umbrías y oscuras o con la maravilla tecnológica del tren subterráneo con destino a Ventormenta.
Pero para un Paladín minero lo más conveniente de la Ciudad de los Enanos es es disposición única de tener los edificios del Banco y la Casa de Subasta enfrente el uno del otro, permitiendo al presuroso viajero el realizar las operaciones comerciales en un tiempo imposible en las demás Ciudades de la Alianza. Y teniendo el más poderoso Yunque al final de los pequeños túneles que parten de pasillo circular que rodeado la forja central.
Es cierto que Ventormenta es mucho más alegre, concurrido y jubiloso, pero las opresivas bóvedas de piedra, con su inabarcable grandiosidad ofrecen un refugio tan solido como la convicción de sus habitantes.
Si. No cambio el bullicio de Ventormenta por la gran bóveda de Forjaz...Y sí, es el mejor lugar para los trapicheos de un herrero.
ResponderEliminarPor la Alianza
Kwen (Minahonda)